Mi confrontación con la docencia

Hola compañeros, espero que se encuentren un poco más ubicados en esta modalidad de cursos, ya que a mí me esta resultando un poquito complicada, bueno después de saludarlos permítanme responder a la tarea de esta semana.
Cuando yo estaba en la secundaria le comente a mi papá, que yo quería ser maestra, porque el maestro de matemáticas nos explicaba muy bien y le entendía perfectamente, por lo que yo quería ser como el, y para mi sorpresa me contesto que si estaba loca, que me iba a morir de hambre, que si me gustaban tanto las matemáticas que entrara al Tecnológico a estudiar ingeniería, luego también me gusto mucho la química y decidí estudiar Ingeniería Química, pero yo no quería sacar sangre y analizar pipi, por lo que decidí estudiar Ingeniería Metalúrgica en el Tecnológico de Chihuahua.
Para iniciar el octavo semestre (solo me faltaban 5 materias), a mi esposo, en ese entonces mi novio le ofrecieron dar clases en el Cetis 86 y le dijo al Profesor Vargas que a él no le interesaba, pero que a lo mejor a mí si, ya que me la pasaba explicándole a mis compañeros y daba asesoráis a unos jovencitos de secundaria, por lo que acudí al plantel ese miércoles, el jueves yo ya estaba dando las clases de matemáticas I, III y V, con 40 hrs. en el año de 1987, por supuesto, no me alcanzó el tiempo y me di de baja en el Tec. según yo solo por ese semestre, seguí cubriendo interinatos y en 1989 me ofrecieron la plaza de técnico docente con 20 hrs. lo cual me pareció padrísimo porque yo me la pasaba muy bien, me gustaban mucho las materias que impartía (tratamientos térmicos y química de la corrosión a los jóvenes de Soldadura industrial), en el 90 me case, en el 92 tuve a mi guapísimo hijo, estaba muy bien, gracias a Dios, nada me faltaba.
En el 98 decidí volver a estudiar para concluir mis estudios profesionales y ¡ho! sorpresa, los planes de estudio habían cambiado y debía iniciar toda la ingeniería, lo hice sin muchas ganas, pero al ver que seguían siendo buena alumna me motive mucho y me era muy grato hacer las tareas junto a mi niño. Concluí mi carrera en el 2001, ahora ya hasta la maestría termine de lo cual me siento muy orgullosa.
Hoy les puedo decir que estoy sumamente satisfecha de estar en la docencia, creo que es la etapa de la vida que más se disfruta, me siento una profesionista realizada, ya que es para mi una fortuna estar frente a grupo; conocer cada semestre jovencitos diferentes, buscar la manera de que, de una u otra forma entiendan lo que les quiero transmitir, poder despertar en ellos el interés de la investigación y de querer descubrir más cosas.
El ser maestra del nivel medio superior me satisface profundamente, ya que así como se disfruta esta edad, también se presentan problemas que consideramos importantísimos y si le puedo ayudar a un alumno a solucionar alguno de ellos o le puedo dar un consejo para mi, es satisfactorio.